Claudio Lozano: la movilidad jubilatoria en una economía inflacionaria

Resulta insólito que en una economía inflacionaria como la argentina, no se incluya en una fórmula de movilidad la cuestión central: el aumento de los precios. Es el caso de la propuesta de movilidad jubilatoria que esta en debate en el Congreso.

Es mas que evidente que en un sistema previsional que paga 18129 pesos como haber minimo y que tiene como haber promedio 22929 pesos frente a una canasta de bienes y servicios para la tercera edad que se ubico en Octubre en 49614 pesos, el objetivo de la formula de movilidad debe ser (por lo menos) mantener el poder adquisitivo de los haberes. Maxime cuando los jubilados perdieron un 23 por ciento en el periodo Macri y no han recuperado ese deterioro desde la asuncion del nuevo gobierno.

Es evidente que la relacion entre el salario y el haber jubilatorio no es optima y es evidente tambien que eso no se resuelve con la formula de movilidad.

Tambien es claro que el sistema esta desfinanciado y que hay que discutir como se lo financia. Pero es evidente tambien que eso no lo resuelve la movilidad.

Por ende los dos componentes que se incluyen en la formula en debate si bien pueden incorporarse, deben hacerlo a sabiendas de que deben ser revisados en su relacion con el sistema y que ademas ninguno de ellos per se garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados.

Maxime cuando la propia formula establece que si los salarios crecen mas que la recaudacion esa mejora no va a los jubilados, y si la recaudacion sube mas que los salarios, tampoco se les traslada a los jubilados ese plus recaudatorio.

Es mas, en contextos de recesion y caida de la recaudacion, los haberes jubilatorios perderian, al tiempo que su deterioro no haria mas que profundizar la recesion. En suma, estamos frente a una formula que privilegia el sostenimiento de las cuentas fiscales antes que sostener el poder adquisitivo de los haberes jubilatorios.

La razon es simple. Esta pensada en clave de FMI antes que en funcion de las necesidades que hoy exhiben la mayoria de nuestros jubilados.

Es imprescindible corregir esta formula y estamos a tiempo. Hay que incorporar una clausula que establezca un piso para los aumentos equivalente al aumento de los precios.

Es decir, el resultado de la formula nunca podrá ser inferior al aumento de la inflacion.

A la vez, mientras los niveles inflacionarios sean los vigentes habria que mantener el sistema de actualizacion trimestral. La relacion del haber con los salarios y la discusion sobre el financiamiento deben ser abordadas en profundidad en el marco de una profunda reforma previsional.

Claudio Lozano

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