¿Qué se puede hacer para proteger a los humedales?

Este 2 de febrero se celebra el día internacional de los humedales. Repasamos cómo está nuestra zona y qué proyectos buscan evitar más daños sobre el ecosistema.

Los humedales son áreas saturadas o inundadas de agua de manera permanente o estacional y de baja profundidad. Numerosas especies vegetales y animales, y también las personas, dependen de estos ecosistemas para vivir. Su existencia es una contribución fundamental a la salud y el bienestar humano.

En una conferencia realizada el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del mar Caspio, dieciocho naciones firmaron un tratado intergubernamental para la acción nacional y la cooperación internacional en la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos.

Fue el primero de los tratados modernos de carácter intergubernamental sobre conservación y uso sostenible de los recursos naturales. Su firma se recuerda, y celebra, cada 2 de febrero, dando origen a la fecha para la concientización y actividades que ayuden a visibilizar la importancia de los humedales.

En Argentina existen 23 Humedales de Importancia Internacional que en su totalidad alcanzan una superficie de 5.687.651 hectáreas. Ocho de estos sitios están vinculados con áreas protegidas bajo jurisdicción de Parques Nacionales.

El 2 de febrero de 1971 se firmó el primer tratado intergubernamental sobre humedales, Argentina aún no cuenta con una ley que los proteja.

Una mirada sobre el pago chico nos lleva a recorrer la cuenca del río Luján. Desde la parte alta hasta su desembocadura en el río Paraná, a través del canal Santa María, los humedales han ido perdiendo espacio. El cemento obturó sus potencialidades naturales como sistema de vida para diversas especies y para contener el agua cuando las lluvias pronunciadas superan la capacidad de la cuenca.

En sus más de 128 kilómetros a lo largo de su trayecto «al menos 10 mil hectáreas de humedales sucumbieron al relleno en manos de los desarrolladores inmobiliarios», según el documento presentado por Humedales en Red presentado en 2021.

En el extenso recorrido que realizan sobre varias cuencas, en Luján sitúan uno de los ejemplos más llamativos: el barrio San Sebastián desarrollado por Eidico. Allí, de las 1.100 hectáreas comercializadas al menos 600 se encuentran sobre un humedal.

Basta con ir de paseo a Luján Walk y detenerse a pensar en la extensión de cemento que tapó otros tantos mts2 de humedales a escasa distancia del río Luján, para citar otro ejemplo.

Los casos se acumulan y hacen pensar en la importancia de la línea de ribera como un instrumento fundamental para evitar el avance y degradación de áreas de dominio público, en su mayoría humedales, por emprendimientos públicos y privados.

Desde 2020 se demora la aprobación de la ley de humedales en Argentina por el lobby de los grandes terratenientes.

“En San Sebastián, con el barrio ya construido, tardíamente se demarcó la línea de ribera y se comprobó este cuantioso robo de tierras públicas”, señalan respecto a la construcción de la empresa desarrolladora Eidico. El documento cuestiona la complicidad de los gobiernos locales y la vista gorda del gobierno provincial que debió aplicar poder de policía para lo que consideran un crimen ecológico.

Se trate de arroyos, ríos, lagos o mares, existe la línea divisoria -de la ribera- que debe ser determinada y custodiada por el Estado provincial. Esa línea marca hasta dónde llega el espacio natural y público. El concepto fue identificado con énfasis por las organizaciones ambientalistas, ya que constituye el principal argumento legal para defender la preservación de los ecosistemas.

«Establecer esa línea es una obligación de las provincias, que muy pocas veces es cumplida, lo que ha favorecido todo tipo de invasiones y apropiaciones irregulares de estos espacios. Playas artificiales, barrios privados, puertos de embarque y clubes náuticos son apenas algunos ejemplos reales a los que nos referiremos, donde esta frontera se corrió hacia el interés de unos pocos”, ejemplifican.

“En los territorios donde actuamos las organizaciones que integramos Humedales en Red, la falta de delimitación de esta línea ha permitido la usurpación escandalosa de miles de hectáreas de humedales de dominio público. No sólo perdemos espacio público, también desaparecen estos ecosistemas que prestan servicios extraordinarios, como acumular y purificar el agua que contienen, recargar las napas de agua, dar abrigo a una gran biodiversidad y ser una barrera blanda que suaviza las inundaciones», concluye documento.

La devastación de humedales degrada el ecosistema y produce daños irreparables.
Preservar los humedales, una tarea que puede empezar por casa

Algunas comunas cuenta con normativas que tienden a proteger los humedales, ya se sea creando zonas específicas o restringiendo construcciones. En su mayoría surgen de la sociedad civil organizada, del mismo modo que ocurre con la ley nacional demorada desde 2020 pese.

Luján es un gran valle de inundación y los humedales son fundamentales para preservar la biodiversidad, pero también para evitar anegaciones y contener el desborde del río cuando sale de su causa. La organización Inundados de Luján, presentó en julio de 2022 un proyecto de ordenanza en el Concejo Deliberante para restringir las construcciones en estos sectores vitales para el ecosistema local.

Según el Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Luján, cada municipio debe adoptar medidas específicas para mitigar los efectos de las crecidas y proteger el ambiente y a la población. En ese sentido, Luján tiene particularidades que vuelven más urgente la decisión de limitar las construcciones en cercanías al río y sobre los humedales.

Inundados de Luján presentó una iniciativa para restringir las construcciones sobre la línea de rivera y en humedales. Foto: Julieta Brancatto.

Mientras una porción pequeña y acaudala de la población accede a privilegios construyendo sobre el río o con salida directa a la cuenca, se deteriora el ambiente y las grandes mayorías son quienes sufren las consecuencias.

En la iniciativa presentada por Inundados de Luján, el Departamento Ejecutivo debe establecer la restricción mínima con respecto a los bordes superiores de los cursos de agua, basándose en un sistema que ya está vigente y que adoptó el Instituto Geográfico Nacional.

«Nuestra historia como ciudad nos llevó a atravesar inundaciones de grandes envergaduras que generaron inclusive pérdidas humanas y económicas» destacaron durante la presentación realizada a mediados del año pasado y que aún no fue tratada en el Concejo Deliberante de Luján.

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