Diego Maradona ingresó a las 21.25 al quirófano del área de cirugía de la Clínica Olivos donde será operado por su médico personal, el neurólogo Leopoldo Luque, de un hematoma subdural, indicaron fuentes vinculadas al astro futbolístico.
Diego Armando Maradona llegó a las 19.08 a la clínica Olivos a bordo de una ambulancia de la empresa Swiss Medical que lo trasladó desde La Plata acompañado de su hija Giannina para ser intervenido quirúrgicamente por un hematoma subdural, una operación que los médicos calificaron de «bajo riesgo» que no requiere»anestesia profunda».
La cirugía prevista para el astro, de flamantes 60 años, tiene «una recuperación del ciento por ciento en la mayoría de los pacientes», aunque en un mínimo porcentaje «el hematoma puede llegar a repetirse o desarrollarse epilepsia» y su recuperación total, para volver a dirigir a Gimnasia, podría demandar meses, señaló el neurólogo Alejandro Anderson.
El director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA) le explicó a Télam que un hematoma subdural «es una acumulación de sangre que se ubica entre el cráneo y la superficie del cerebro, que está dentro de la cabeza pero por fuera del cerebro, alojado entre dos de las tres capas que lo envuelven».
«El hematoma se desarrolla cuando alguna de las diminutas venas que corren por el cerebro, las venas emisarias, se rompen y dejan escapar la sangre, en general como resultado de un traumatismo de cráneo leve», abundó Andersson.
Los pacientes con predisposición a este tipo de patologías son aquellos con «consumo prologando de aspirinas o alcohol, quienes presentan alguna patología sanguínea (hemofilia) o están anticoagulados, las personas de edad avanzada o las que sufrieron algún tipo de traumatismo».
«El hematoma subdural puede aparecer rápidamente (agudo) o a veces tomar días y hasta meses en desarrollarse. Cuando más crónica es la evolución, más tolerancia tendrá el cerebro a un hematoma subdural porque tiene más tiempo de adaptarse y dejarle lugar dentro del cráneo», enseñó.
La manera más efectiva de descubrirlo, indicó Andersson (MN: 65.836), «es a través de una imagen (tomografía o resonancia)», pero también puede detectarse a través de síntomas como «dolor de cabeza, vómitos, náuseas, somnolencia o alguno de tipo neurológico».
«Depende de dónde se apoya el hematoma, puede ocasionar problemas en el habla o generar un trastorno de la motricidad, de la sensibilidad, de la visual y hasta convulsiones por la propia irritación», alertó.
En la mayoría de los casos se trata de un cuadro operable: «Se suelen hacer un par de orificios en la caja craneana y se drena el hematoma por esos agujeritos.
Cuando es muy grande, se hace una cirugía un poco más clásica, se saca parte de la tapa del cráneo y se extrae el hematoma por completo», explicó el neurólogo (@doctorandersson).
En cuanto a la evolución, el director del INBA afirmó que «la mayoría tiene una recuperación del ciento por ciento, pero hay pacientes que pueden quedar con una secuela si el hematoma apretaba algunas áreas del cerebro».
«No es una cirugía prolongada y no se llega a una anestesia profunda, por tanto es una cirugía de bajo riesgo en el procedimiento, más allá de que el paciente evolucione bien o no», aseguró.
El alta de internación, especuló Andersson, estará relacionada a la condición del personaje: «Maradona es una persona muy especial, que quizás tenga la posibilidad de tener una gran asistencia en su casa sin estar tanto tiempo internado. Lo normal es estar una semana en una habitación y luego continuar la rehabilitación en el domicilio del paciente».
«Las altas van por etapas. Primero se pasa por terapia intensiva, después por una habitación común, después el paciente se va a la casa con controles; luego se permiten determinadas actividades, de tipo intelectual, y finalmente la actividad física es la última porque hay que estar en buenas condiciones», detalló.
«Para que vuelva a dirigir hay que pensar en meses, aunque todo depende del grado de asistencia que tenga. Alguien que dirige un equipo está un poco al ritmo de los jugadores, moviéndose en una cancha. La actividad intelectual se recupera con cierta rapidez pero el ritmo de trabajo lleva más tiempo», concluyó.
FUENTE: Télam