“La falta de lluvia va a seguir estando, porque siguen quemando y no le damos humedad al cielo. Es muy difícil que llueva”, lamenta un ambientalista, mientras siguen las quemas de pastizales en la zona del Delta del Paraná.
Por: Luciana Rosende
Tras otro amanecer en medio de una cortina negra, con el correr de las horas menguó un poco la presencia de humo en Rosario. Pero persisten el olor, las cenizas y las consecuencias de un drama que no cesa. Por la casi nula visibilidad, dos camiones chocaron en el kilómetro 16 en el puente que une a las ciudades de Rosario y Victoria, Entre Ríos. Las mismas quemas de humedales en el Delta del Paraná que provocan el humo frenan las lluvias, necesarias para mitigar su impacto.
“La falta de lluvia va a seguir estando, porque siguen quemando y no le damos humedad al cielo. Es muy difícil que llueva”, lamentó en diálogo con Tiempo Sergio Gorosito, de la Multisectorial Paren de Fumigarnos. Lo mismo explicó la meteoróloga Vanesa Balchunas, en declaraciones al diario local La Capital:
“En este momento el humo está más leve, pero se siente el aroma y llega la llovizna de ceniza”, describió Gorosito. Desde la localidad de San Lorenzo, otro militante de la Multisectorial –Daniel Romano– contó a este medio: “Estoy en pleno centro, con un patio interno, cerrado excepto arriba. Acabo de sacar un montón de ceniza. Estamos a ese nivel. Y conozco el caso de gente que está con corticoides porque ha tenido problemas para respirar”.
En ese distrito, un análisis comprobó que dos personas testeadas tenían “carboxihemoglobina” en sangre por la inhalación de humo. Lo confirmó a Cadena 3 Rosario el secretario de salud de esa ciudad, Mariano Soria. “Esto dentro de los pulmones es veneno”, alertó.
En tanto, trabajadores del centro de salud María Auxiliadora de Villa Gobernador Gálvez alertaron por el incremento de consultas e internaciones con motivo de enfermedades crónicas aéreas. “Estamos notando que han aumentado en los últimos cuatro meses las consultas de broncoespasmo de crisis, alergia, de rinitis”, dijo a El Ciudadano Ariel Charras, especialista en atención de adultos.
“La mayoría de las personas están con barbijos en Rosario. Pero los médicos dicen que no sirven los caseros, sino barbijos especiales. Es peor que con la pandemia. Estas partículas de humo son muy peligrosas: ayer la medición fue de 483 microgramos por metro cúbico, por eso los barbijos comunes no sirven. Según la medición del servicio de alerta temprano (SAT), lo normal sería 15 microgramos”, detalló Gorosito.
Así lo registró durante este martes el Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático, pasadas las 8 de la mañana. Desde ese espacio calificaron como “peligrosa” toda medición que supere los 300 microgramos.
“Se trata de pequeñas partículas que tienen la probabilidad de llegar a los alveolos pulmonares donde se realiza el intercambio gaseoso por lo que pueden terminar en el torrente sanguíneo. La afectación por humo que venimos soportando ya por tercer año consecutivo, es un problema crónico para la población. Hoy se midió uno de los valores más altos», dijo este martes a Rosario Plus Jorge Giometti, referente del SAT.
Humo y protestas
En la tarde del martes, tras dos jornadas irrespirables, hubo una protesta en el Monumento a la Bandera de Rosario. “La gente indignada se autoconvocó a las 18 en el Monumento, adelantándose un poco a lo que va a ser la movida del sábado a las 14, cuando vamos a cortar totalmente el puente Rosario-Victoria, con marcha, acampe y vigilia. Vamos a acampar en la cabecera del puente y se van a cortar ambas manos”, indicó Gorosito. El domingo habrá asamblea entre la Multisectorial de Humedales y otras organizaciones sociales para definir cuándo se levanta el corte y cómo sigue la protesta.
“Después del reclamo de miles de personas en agosto pasó a comisiones, ahora pedimos que lo traten y lo pasen a recinto. Después habrá que pelear en el Senado para que sea ley”, dijo Gorosito en relación al proyecto de ley de Humedales del Diputado Nacional Leonardo Grosso, consensuado con casi 400 organizaciones.
Según las investigaciones judiciales en curso y las denuncias públicas del Gobierno nacional y provincial, así como los relevamientos que difunden hasta el cansancio ambientalistas y científicos, los incendios en la zona del Delta del Río Paraná se desatan en su mayoría en forma intencional y reiterada en los mismos campos, para acondicionar el suelo para actividades agropecuarias o negocios inmobiliarios. Además de la sanción de una ley que proteja los humedales, se reclama la presencia de una fuerza de control en el territorio que permita evitar los focos, en lugar de tratar de apagarlos luego y correr detrás del humo.
FUENTE: Tiempo Argentino