La Guerra de Malvinas fue cosa sólo de hombres. Eso dice la historia oficial, aunque no sea cierto. Catorce mujeres se subieron a un avión días después del 2 de abril de 1982 y durante los casi tres meses que duró el conflicto con Reino Unido asistieron a los soldados heridos en el frente.

Ellas, civiles y militares, fueron enfermeras, instrumentadoras, diplomáticas, técnicas. Muchas dedicadas a cumplir funciones de asistencia médica, no solo curaron a los heridos sino que también les brindaron contención afectiva y emocional. Sin embargo, su rol activo en Malvinas fue borrado de la memoria colectiva.
Dicen los Autores: Maccari, Jazmín; Ruíz, María Candela; Gómez, Federico Martín; Sánchez,
Leandro Enrique en su trabajo de investigación:
“El rol de la mujer durante la Guerra de Malvinas no es un tópico abordado habitualmente. Las mujeres fueron, entre otras categorías, las enfermeras de la guerra, quienes no sólo curaron heridas si no que fueron la contención psicológica de los ex combatientes. Su labor fue extraordinaria, su contención, su atención y su sabiduría médica fueron de imprescindible aporte.»
«A nivel político y social, ellas fueron desamparadas, no solo durante el régimen militar sino también en los regímenes democráticos. En la conciencia nacional priman los ex combatientes como protagonistas, dejando a un lado a las mujeres que participaron desde su rol pasivo.»
«Planteamos la necesidad de mostrar lo que significaron las mujeres durante la Guerra de Malvinas. En función de esto el proyecto de investigación se centrará en la historia personal de las enfermeras de la Guerra de Malvinas, antes y durante su desarrollo”
Estas mujeres deben tener el reconocimiento de veteranas de guerra por haber participado de la guerra de Malvinas durante 1982. Desde las zonas de conflictos, donde a metros de ellas explotaban bombas, ocuparon el rol de enfermeras, instrumentadoras quirúrgicas, comisarias a bordo y radio operadoras.
Alicia Reynoso, Stella Morales, Ana Macitto, Gladis Maluendes, Gisela Basler, Sonia Escudero, Stella Botta, Mirta Rodríguez, Elda Solohaga, Mónica Rosas, Mónica Rodríguez, Marta Arce y Liliana Colino.
Es necesario y es justicia que estas valientes mujeres sean reconocidas como VERDADERAS VETERANAS DE GUERRA.
Honor y gloria para ellas, porque estuvieron en el frente de combate, porque estuvieron en medio de los estruendos, porque sanaron el dolor, porque contuvieron con amor y profesionalismo a los soldados heridos de cuerpo corazón y alma.
Por: Mabel Trifaro de Zolezzi