Fue la primera en recibir su DNI y partida de nacimiento con su nombre y género autopercibido. Luchadora por los derechos de las personas trans y travestis, este domingo la encontraron asesinada en su casa. Tenía 43 años.
Por Natalia Arenas
De Alejandra Ironici podría decirse que fue primera en todo. O casi. En todo porque fue la primera mujer trans en recibir su DNI y partida de nacimiento con su nombre y género autopercibido, la primera en realizarse una vaginoplastía a través de la obra social de la provincia de Santa Fe y en un hospital público, la primera funcionaria trans de la provincia, la primera en acceder a un puesto docente en escuelas secundarias. El “casi” es porque no llegó a cumplir más metas: el domingo el sobrino la encontró asesinada en su casa de la zona norte de Santa Fe.
Alejandra, una pionera en la lucha por los derechos de las personas travestis y trans, tenía 43 años y vivía con su sobrino. Este domingo alrededor de las 23, él volvió de trabajar y se encontró con la habitación de ella en llamas. Alejandra tenía marcas de quemaduras y cortaduras en su cuerpo. El sobrino llamó al 911. Cuando la Policía llegó, confirmó que Alejandra estaba muerta.
El sobrino también advirtió que en la cochera no estaba el auto de su tía, un Fiat Palio color gris. Tampoco estaba en la casa Héctor Damián B., la actual pareja de Alejandra, con quien mantenía una relación hace cinco meses. Hoy la Policía lo detuvo.
La causa por el transfemicidio de Alejandra está a cargo de la fiscal Alejandra del Río Ayala, especializada en delitos contra la integridad sexual.
Alejandra fue víctima de un transfemicidio. Luchó todos estos años, adquirió las herramientas para intentar traspasar esa esperanza de vida maldita que siguen teniendo las personas travestis y trans en nuestro país. Y no lo logró.
El Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación contabilizó en el primer semestre de este año 3 trans-travesticidios. Es un número basado en el monitoreo de medios de comunicación, por lo que la cifra debe ser mayor.
Alejandra, la pionera
Alejandra tenía 18 años cuando la echaron de su casa por trans, en la ciudad santafesina de Vera. Viajó a Santa Fe Capital y ahí se estableció para encontrar mejores oportunidades. En 2007 empezó el proceso administrativo para que la provincia de Santa Fe le reconociera su identidad.
Paradójicamente fue en 2010, el año en que se sancionó la Ley de Identidad de Género en la Argentina, cuando los sueños de Alejandra empezaron a cumplirse. Dos meses antes de aquella sanción el entonces gobernador socialista Antonio Bonfatti le entregó su partida de nacimiento y DNI rectificados. ”Empieza mi nueva vida. Voy a salir con la frente en alto, orgullosa de lo que soy. Sin tener que esconderme porque no cometí ningún delito. Lo único que hice fue elegir una vida diferente. Ese condicionamiento implicó que se me niegue un montón de derechos”, dijo Alejandra en ese momento.
Ese mismo año fue la primera funcionaria trans que asumió en el Servicio Perinatológico del Hospital J.B.Iturraspe de la ciudad de Santa Fe.
En 2013 se convirtió en la primera mujer trans en realizarse una vaginoplastía a través de la obra social de la provincia y en un hospital de Buenos Aires.
Desde 2017 Alejandra estudiaba abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral. Desde allí militó durante años el cupo laboral trans dentro de la UNL. El 26 de mayo de este año ese derecho se implementó.
El año pasado, Alejandra se convirtió en una de las primeras docentes trans en dar clases como reemplazantes en escuelas secundarias de la ciudad.
Era, además, la coordinadora del Movimiento por la Integración Social, Étnica y Religiosa (MISER) Santa Fe.
Esta mañana amigues y compañeres de militancia de Alejandra se reunieron espontáneamente en la puerta de los Tribunales de Santa Fe. Con carteles y en silencio se encontraron allí para llorarla. Fueron varios segundos en los que nadie dijo nada, sólo hubo abrazos y lágrimas. De a poco, las voces se empezaron a escuchar: pedían justicia.
“Fue quien nos enseñó que teníamos derechos, que la lucha valía, que salir a la calle servía y que podía transformar. Que el Estado podía escuchar a las personas trans, que nosotras podíamos ser parte del Estado, que podíamos ser trabajadoras, que podíamos acceder a la universidad, que merecíamos justicia, como la merece ella”, dijo Victoria Estéfano, periodista y activista travesti.
FUENTE: Cosecha Roja