DOS AÑOS DESPUÉS, TODOS NO SOMOS VICENTÍN

En los primeros días de diciembre de 2019 entraba en cesación de pagos la cerealera Vicentín S.A.I.C., y dos meses después, en febrero de 2020, el grupo empresario se presentaba a Concurso de acreedores, como modo de afrontar el tendal de 1698 acreedores que por un monto de deuda de 1350 millones de dólares habían quedado colgados de un pincel por la conducta del citado Grupo Empresario.

Hablamos de miles de productores de distintas provincias de la Argentina, buena parte de la Banca Pública, proveedores comerciales, un total de 37 bancos locales y extranjeros, e incluso en esa lista el propio Banco Mundial a través de la Corporación Financiera Internacional, que es el órgano del BM para asistir crediticiamente a empresas privadas.

Además, miles de trabajadores de manera directa y unos 23.000 de manera indirecta comenzaban un angustiante período de incertidumbre respecto a su futuro laboral. Ya se sabe qué pasa cuando una empresa se presenta en Convocatoria.

Desde ese momento a hoy, han pasado más de dos años, que son una nueva evidencia – que debería servir de ejemplo y constatación para buena parte de los argentinos y por qué no para ‘analistas’ que ven la realidad de Argentina desde púlpitos en Uruguay, San Pablo o Miami-, del modo en que la asociación cuasi delictiva entre el Poder Económico y el Poder Político, logra estafar de manera impune al conjunto de la sociedad.

En este caso, el acreedor individual más importante de Vicentín, con una deuda de unos 300 millones de dólares es el Banco Nación, agente financiero del Estado Nacional, y principal Banco Público de la Argentina.

Vicentín repite y ejemplifica una lógica de comportamiento que ha sido propia de los principales Grupos empresarios locales. Que haya manifestaciones a favor de esos Grupos y de esos comportamientos no puede deberse a otra cosa que a ignorar lo que traman: usufructuar en beneficio propio de los fondos públicos. Pero ese accionar nunca puede darse sin que medie la connivencia con el poder político. En este caso, durante el gobierno de Mauricio Macri, a través de múltiples irregularidades, Vicentín S.A.I.C acumuló financiamiento del Banco Nación por 300 millones de dólares.

¿Puede una empresa recibir ese financiamiento del Estado? Por supuesto. Pero Vicentín nunca debió tenerlo, porque tenía la calificación crediticia vencida, y para que obtuviera esos fondos se violaron las normas del BCRA respecto a que ningún deudor puede acumular créditos superiores al 15% del patrimonio de la Institución. Lo que es peor, el financiamiento siguió fluyendo de manos del entonces titular del Banco, a pesar de que Vicentín había dejado de cancelar sus cuotas desde agosto del 2019. Ninguna pyme hubiera obtenido un peso sin cumplir con lo detallado hasta aquí.

El dato que falta para terminar de indignarse es que mientras Vicentín incumplía con los pagos de sus cuotas, existía una cuenta de garantía en el Banco donde ingresaron, en ese mismo período, unos 790 millones de dólares (más del doble del crédito).

¿Qué hicieron las autoridades del Banco, en ese momento encabezadas por Javier González Fraga, con un consorcio que debe mucho y tiene el doble depositado en la cuenta de garantía? Nada. En lugar de ejecutar la garantía frente a las irregularidades existentes, le liberaron esos fondos para uso discrecional.

Corresponde precisar que Vicentín fue en las elecciones del 2019 el principal aportante para la campaña de Juntos por el Cambio.

En los registros de aportes de campaña para las PASO que la ley electoral dispone que se haga pública, se observa que Vicentín, por diferentes empresas de su grupo -Oleaginosa Moreno, Algodonera Avellaneda y Frigoríficos Friar S.A.-, realizó una donación total de $13.500.000. Cabe destacar que el otro grupo económico que más aportes realizó a Cambiemos en las PASO fue Aceitera General Deheza, unos $10.000.000.

Esta relación no solo permite entender las irregularidades del crédito obtenido en el Banco Nación, sino que además nos da una pista respecto al hecho de que no solo el Nación sino prácticamente toda la Banca Pública financió al Grupo Vicentín. Dentro de los cerca de 1700 acreedores del Grupo están el Banco Provincia, el Banco Ciudad, el BICE – Banco de Inversión y Comercio Exterior, así como también los organismos de recaudación nacional como la AFIP y la Aduana e incluso agencias recaudadoras de Provincias y localidades como Salta, Chaco o San Lorenzo. Son más de 400 millones de dólares los que tiene enterrados el Estado y la sociedad argentina en esta cesación de pagos.

Vicentín SAIC. Monto de deuda según entidad (miles de pesos), noviembre de 2019

Denominación del deudor Entidad Periodo Monto %
VICENTIN S A I C BANCO DE LA NACION ARGENTINA 11/19 18.168.013 77,05
VICENTIN S A I C BANCO DE LA PCIA DE BUENOS AIRES 11/19 1.676.493 7,11
VICENTIN S A I C BANCO HIPOTECARIO S.A. 11/19 728.520 3,09
VICENTIN S A I C BANCO MACRO S.A. 11/19 576.280 2,44
VICENTIN S A I C BANCO INDUSTRIAL S.A. 11/19 459.779 1,95
VICENTIN S A I C NUEVO BANCO DE ENTRE RÍOS S.A. 11/19 451.534 1,92
VICENTIN S A I C NUEVO BANCO DE SANTA FE S.A. 11/19 332.537 1,41
VICENTIN S A I C BANCO ITAU ARGENTINA S.A. 11/19 325.474 1,38
VICENTIN S A I C BANCO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES 11/19 311.203 1,32
VICENTIN S A I C BANCO DE INVERSION Y COMERCIO EXTERIOR S.A. 11/19 300.793 1,28
VICENTIN S A I C BANCO SANTANDER RIO S.A. 11/19 188.469 0,80
VICENTIN S A I C BANCO MARIVA S.A. 11/19 56.185 0,24
VICENTIN S A I C AMERICAN EXPRESS ARGENTINA S.A. 11/19 2.866 0,01
VICENTIN S A I C BANCO CMF S.A. 11/19 536 0,00
VICENTIN S A I C BANCO DE GALICIA Y BUENOS AIRES S.A.U. 11/19 10 0,00
VICENTIN S A I C BANCO BICA S.A. 11/19 1 0,00
Total – 11/19 23.578.693 100
Fuente: BCRA

UNA EMPRESA RICA DE UN NEGOCIO SIEMPRE RENTABLE

No hay una explicación razonable para semejante desfalco. Vicentín era la sexta cerealera de las 10 que concentran la venta de más del 90% de los granos y derivados que nuestro país coloca en el mundo. Ubicada en una actividad de absoluta viabilidad económica, la cesación de pagos del 2019 interrumpe unos catorce años de expansión exportadora de Vicentín.

Años 2015 2016 2017 2018
Vicentin 27.100 45.200 61.335 118.015
Puesto del Ranking 19 10 7 6
Total 2.060.785 2.858.574 3.478.711 6.294.297

Las razones del desastre hay que buscarlas en el proceso de diversificación de actividades y de internacionalización encarado por el Grupo Empresario a partir de 2012. Proceso asociado a la creación de múltiples empresas y a la decisión de conformar una nueva cabeza del grupo empresario en Uruguay, pasando múltiples negocios que dependían de Vicentín Argentina y que van a terminar dependiendo de Vicentín Family Group, empresa holding domiciliada en la vecina orilla.

Vicentín Argentina, al mismo tiempo que transfería activos al Uruguay, acumulaba deudas, y a través de múltiples operaciones comerciales y financieras con las empresas del grupo comenzó a derivar recursos fuera del negocio al tiempo que engordaba la fortuna de sus principales accionistas.

Vicentín SAIC Sucursal Uruguay está constituida desde el año 2004, pero su registración en el listado del Banco Central Uruguayo se da recién a inicios del 2019, momento previo a la operatoria de prefinanciación de exportaciones entre la empresa local y la sucursal uruguaya de Vicentín, que generó el incumplimiento de la deuda de Vicentín SAIC con el Banco Nación.

Esta lógica de comportamiento premeditadamente fraudulenta de los grandes capitales locales exige una respuesta de la política pública, la cual se hace cada vez más indispensable como modo de limitar el declive en el que ha entrado el capitalismo argentino.

La razón es simple. Estos verdaderos fraudes siempre terminan del mismo modo. No solo es la dilapidación de los recursos públicos. Luego sobreviene la quiebra o el desguace de la empresa, la crisis laboral ante la destrucción de puestos de trabajo y el avance de la concentración y la extranjerización de nuestra economía. La contrapartida de estos comportamientos es una sociedad donde las mayorías sufren el imperio de la desigualdad, la pobreza y el hambre.

POR QUÉ SE CAYÓ LA EXPROPIACIÓN

El Gobierno de Alberto Fernández pareció querer avanzar en el límite a estos comportamientos cuando decidió la expropiación de Vicentín.

Si bien hubo algo de improvisación y se evitaron algunos pasos previos que le hubieran dado mayor solidez, iba en la dirección correcta.

Algunos de esos pasos previos hubiesen sido: la articulación con las cooperativas, los pequeños y medianos productores y los trabajadores afectados; construir consenso en la opinión pública difundiendo la problemática y el fraude perpetrado, haber demostrado públicamente los ilícitos cometidos por Vicentín y gestar condiciones para expropiar el conjunto del Grupo empresario, seleccionando los activos que importaban y poniendo las deudas en cabeza de los accionistas.

Lo que ocurrió, en parte por los errores cometidos en el intento expropiador, en parte por las contradicciones que desató la decisión al interior del Frente de Todos y, en gran medida porque no se dimensionó el significado que tamaña decisión comportaba, al confrontar al gobierno con las principales exportadoras del país, lo cierto es que todo terminó en el marco del Concurso de Acreedores que tramita en la Ciudad de Reconquista ya hace más de dos años.

EL PODER DE LOS GRANDES GRUPOS FRENTE A LA JUSTICIA

Un Concurso de acreedores de un gigante como Vicentín nunca debió haberse realizado allí. Es evidente que la sexta exportadora de cereales de la Argentina, empresa que presidía la Bolsa de Comercio de Rosario, tenía una dimensión económica de alcance nacional que no podía subsumirse en una localidad como Reconquista…el territorio original del centenario grupo empresario Vicentín, y que, en tanto tal, evidencia la presencia y su predominio tanto en sus actividades como en sus instituciones.

Es así que el Juez que conduce el concurso carece de la más mínima objetividad. Durante años fue abogado del Banco Nación en la sucursal de Reconquista, interviniendo en los créditos que tenían como beneficiario a…Vicentín.

El Juez Fabián Silvano Lorenzini terminó siendo absolutamente funcional a los intereses de la empresa: permitió que el Concurso empezara sin que existiera siquiera Balance,
que frente a la decisión nacional y provincial de intervenir la conducción de la empresa impidió en todo momento que esto se consumara, y garantizó que los mismos que estaban al frente de Vicentín -y que son responsables del escandaloso fraude perpetrado-, ¡sigan aun hoy manejando los destinos de la firma!.

Un Juez que ha dilatado el Concurso al extremo, que le dio prácticamente un año de plazo a Vicentín para presentar el Balance correspondiente al año 2019. Un Balance que terminó siendo un verdadero dibujo, con presentaciones judiciales que sostenidas en las propias afirmaciones del Auditor que contrataron en la emergencia del fraude, lo denunciaron como falso.

Un Juez que acaba de otorgarle en 2022 un nuevo plazo a la empresa para que continúe el período de exclusividad en la búsqueda del número de acreedores necesario para imponer una propuesta.
Un Juez que ha transformado el Concurso en el territorio sobre el cual poder edificar la salida elegante de Vicentín luego del fraude cometido.
E

n síntesis, un Juez que está cerca de lograr que los plazos del Concurso se estiren tanto que el final del mismo pueda darse luego del cambio de Gobierno, quizás con la expectativa de que un cambio gubernamental en el país impulse el cambio en el Directorio del Banco Nación que es quien tiene en buena medida, como acreedor privilegiado, la llave del Concurso de Acreedores.

AL BANCO NACIÓN SÍ LE IMPORTA QUE VICENTÍN PAGUE

Hasta aquí, el Banco Nación y su actual Directorio ha sido el que impulsó la denuncia pública de la estafa de Vicentín, así como la Institución que, en el Concurso, ha llevado en minoría la confrontación con buena parte de las decisiones del Juez.

Desde que tomó estado público el fraude del Grupo Vicentín, la cuestión que se juega es ver si la política pública es capaz de terminar con la impunidad de estos grupos empresarios, evitando las consecuencias que estas suelen tener en términos de mayor concentración y extranjerización, así como también en términos de destrucción laboral, o si los mismos logran, a través del fraude, no solo multiplicar sus fortunas, sino también participar y ser socios de la reestructuración y el sendero empresarial futuro.

En particular, el caso Vicentín permite a través de los derechos que el Banco Nación tiene en el Concurso, sumado al resto de la banca pública, en asociación con cooperativas y productores, dar vida a una empresa mixta que siga ocupando un lugar central en el comercio exterior de granos, y que de este modo se transforme en una empresa testigo en un sector clave para el país, retomando el control sobre el ingreso de divisas, una cuestión central para el manejo de la economía nacional.

LA MODORRA DE VICENTÍN ES FALSA

El Concurso que hasta el momento se viene desarrollando bajo la conducción del Juez Lorenzini, ha sido el marco para que Vicentín presente (recién en noviembre del 2021) una propuesta donde aparecían como interesados en conformar una Asociación para quedarse con la empresa, el grupo suizo Glencore (un socio histórico de Vicentín en una empresa clave que se llama Renova), Molinos Agro (empresa relevante y en crecimiento en el mercado, propiedad del Grupo Pérez Companc), y Asociación Cooperativas Agropecuarias (que es el principal acreedor privado en el Concurso de Vicentín).

La sola presentación del conglomerado comprador basta para observar que la tendencia a la concentración y a la extranjerización ya está presente.

¿Qué proponían los ‘salvadores’ de Vicentín? Una quita de un 70% sobre el conjunto de los acreedores -incluido el Banco Nación-, y condicionaba el pago (¡después de la quita del 70%!) al flujo neto mensual que produzca la unidad de Bioetanol de Vicentín (supuestamente 4 millones de dólares por año), unidad que por cierto no era de los activos que privilegiaba la nueva asociación empresarial y que seguiría dependiendo de Vicentín. En síntesis, décadas para completar el pago al Agente financiero nacional.

El Banco Nación rechazó la propuesta y el propio Juez, en este caso, la caracterizó como una propuesta abusiva pidiéndole al Grupo empresario que la mejorara.

A partir de allí, el 8 de febrero de este año Vicentín planteó una segunda oferta. Esta, si bien disfraza aquella quita del 70% con una emisión de acciones que quedan en manos de los acreedores, para luego ser recompradas 12 años después, en realidad supone una quita de entre el 78 y el 80%.

Expliquemos por qué esto es así: los pagos que se proponen para el conjunto de los acreedores son un pago inicial de 170 millones de dólares, uno adicional de 127 millones de dólares, y otro a 12 años de 165 millones de dólares.

En esta segunda oferta Vicentín incorpora con un anticipo de U$S 30.000 la cancelación del 100% de lo adeudado a los pequeños productores, que son aproximadamente 800. Esta jugada lo que pretende es sumar el voto del 47% de los acreedores, y derrumbar la exigencia de cobro de la banca pública.

A la vez establece un trato diferencial para con los bancos extranjeros, que en su conjunto representan el 49,73 % de la deuda total en concurso. Esta nueva propuesta, también incorpora algunos pagos adicionales; se basa en la autorización de que Vicentín se desprenda del 33% de las acciones que mantiene en Renova, la ‘joya’ del Grupo y que Vicentín conducía en sociedad con la mencionada Glencore, de Suiza. ¿Por qué Renova es la joya del Grupo Vicentín? Porque hasta fines de 2018 era responsable por el 52% de las utilidades del Grupo.

Si bien cuesta entender el entramado, lo que queda claro es que los nuevos dueños se van a desentender de las empresas de Vicentín que están en el nodo norte de la Provincia.

En suma, la propuesta de manera explícita avanza en el desguace de la empresa, completa la extranjerización de la principal empresa que es Renova (que quedaría totalmente en manos de la suiza Glencore), y exhibe -por no decir que sentencia – al nodo norte de la empresa con un ‘ya no tiene destino’, lo cual supone impactos laborales negativos.

Como puede observarse, lejos de ser un capricho de la Banca Pública, el concurso bajo la conducción del Juez Lorenzini ha llegado al punto donde la propuesta de solución al caso Vicentín tiene todos los componentes esperados.

De concretarse, esta supone quita abusiva al conjunto de los acreedores, una crisis laboral por pérdida de puestos de trabajo, concentración y extranjerización y, por supuesto, y no es menor, en la nueva conducción de la empresa, quedan los actuales responsables de Vicentín. Ellos, los responsables del fraude, participan minoritariamente de la nueva conducción.

Frente a esto, desde el Banco Nación ya se le ha planteado al juez que esta propuesta es un verdadero insulto a la inteligencia.

No mejora la anterior, mantiene una quita similar (70% o 78% en el plazo extendido), pero además descapitaliza a Vicentín. Por lo tanto, la rechazamos y pedimos que no se le dé más tiempo a Vicentín para buscar apoyos y que, de una vez, se termine con el período de exclusividad e ingresar en el denominado cram down (o salvataje), a efectos de encontrar otra solución que garantice el empleo y la continuidad de la empresa al tiempo que la mantenga en manos nacionales y en sociedad con el Estado.

SI SE PUDO ACTUAR CON INTELIGENCIA CON PESCARMONA, SE PUEDE ACTUAR IGUAL CON VICENTIN

Para que esto se concrete, no alcanza con el Banco Nación. Es necesario una estrategia global de la gestión gubernamental que entienda el valor estratégico que tiene Vicentín, como la hubo con el Grupo Pescarmona.

El caso Pescarmona es la situación de un endeudamiento que viene desde el año 2014. La empresa estaba endeudada con el Banco Nación, el Banco Interamericano de Desarrollo, inversores canadienses y bonistas privados. Pescarmona Argentina había caído en desgracia a partir del fracaso de su expansión en Brasil, donde había incursionado en el negocio de los parques eólicos, y como Pescarmona Argentina era la garante de las diferentes experiencias de Pescarmona en el mundo, la crisis de Pescarmona Brasil, terminó arrastrando a Pescarmona acá.

El endeudamiento que Pescarmona tenía, exigía una reestructuración.

Se buscó por la vía de que aparecieran inversores privados para que pudieran de alguna manera capitalizar la empresa. No aparecieron los capitales privados, los inversores. Sin embargo, Pescarmona tenía un nivel de desarrollo tecnológico interesante e incluso podía competir en diferentes licitaciones tanto a nivel nacional como a nivel internacional, pero fuertemente endeudada, sin contar con una perspectiva cierta y agotándose prácticamente el capital de trabajo, se veía impedida de obtener negocios.

En ese marco, el Ministerio de Desarrollo Productivo evaluó que Pescarmona era una estructura importante dentro del acervo industrial y tecnológico de la Argentina, en el terreno de lo que sería ingeniería, bienes de capital, metalurgia y demás, y tomó una razonable decisión: en el marco de una emisión de acciones por parte de la empresa, el Ministerio de Desarrollo Productivo la capitalizó, puso 15 millones de dólares, caracterizándola como una empresa de estratégica para la perspectiva industrial del país, y quedó en manos dominantemente estatales; hay también capital privado, pero también minoritario.

Y de hecho hay un directorio donde la presidencia la tiene alguien puesto por el Ministerio de Desarrollo Productivo, y también hay directores puestos por el capital privado.

Esa es la experiencia de Pescarmona, donde el Ministerio, al igual que debiera serlo con el caso Vicentín apareció conduciendo una salida. La quiebra de Pescarmona hubiera implicado una pérdida importante para el patrimonio productivo del país.

Si Pescarmona fue absorbida por el Estado caracterizándola como proyecto estratégico, esa misma calificación merece Vicentín.

Se necesita que las diversas áreas competentes del Estado acompañen al Banco Nación y aprovechen los derechos que el Banco tiene en el Concurso de Acreedores, para conformar una empresa mixta donde el Estado en sociedad con productores pueda ser testigo de un comercio exterior absolutamente opaco, donde son muchos los recursos que perdemos anualmente -como reiteradamente lo denunció la socióloga y ex diputada Alcira Argumedo- en el marco de la triangulación comercial Paraguay- Rosario-Uruguay.

Vicentín es una empresa viable, que en el marco de una nueva conducción y garantizando financiamiento a los productores para que vendan la materia prima, está en condiciones de operar y vender al exterior a precios inmejorables.

Es una empresa en la que, además, si se trabaja para recuperar el 50% del control sobre Renova, perdido en el marco de una operación que está dentro del período de sospecha del concurso (ver secuencia más abajo), tiene capacidad de repago de sus deudas al tiempo que nos permitiría transparentar en serio el comercio de granos.

Para esto, hay que impugnar a un Juez que trabaja en otra dirección y tanto el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a cargo de Julián Domínguez, como el de Desarrollo Productivo, deben involucrarse junto al Banco Nación en una propuesta de solución superadora de la construida en el marco del concurso del Juez Lorenzini.

No todo está perdido. El fraude aún no se consumó. Tenemos la oportunidad de ponerle un límite a la impunidad y construir la empresa testigo que nuestro Comercio Exterior necesita.

Es más, fruto seguramente de las contradicciones que siempre emergen entre los piratas, uno de los actores importantes de la propuesta (Molinos Agro), acaba de bajarse de la movida. Si la expropiación anunciada en 2020 se frustró por sus propias debilidades, hoy es tiempo de revancha.

Es hora de que el Estado Nacional juegue, de manera inteligente sus fichas y dar un corte a las asociaciones cuasi delictivas entre el Poder Económico y el Poder Político, que de manera impune estafan al conjunto de la sociedad.

Claudio Lozano
Director del Banco Nación y Presidente de Unidad Popular en el FdT.

Cómo se precipitaron los acontecimientos

• El 2 de diciembre de 2019, la sociedad VICENTÍN SAIC cedió a la firma Renaisco B.V. controlada por Glencore Agriculture el 16,67% de su tenencia accionaria en RENOVA S.A. (un tercio de su participación en esa empresa) con el objeto de saldar deudas comerciales. Como resultado de la operación, Glencore Agriculture pasó a ser el accionista mayoritario de RENOVA S.A. con el 66,67% de las acciones, detentando del control de la firma. Esta operación se mantuvo oculta y se dio a conocer a través de un comunicado oficial de RENOVA S.A., más de diez días después que VICENTÍN SAIC entrara en cesación de pagos.
• El 4 de diciembre de 2019, la sociedad VICENTÍN SAIC S.A.I.C anunció públicamente a sus acreedores que se encontraba en una situación de estrés financiero que no le permitiría hacer frente a sus obligaciones, incurriendo técnicamente en cesación de pagos. El pasivo total era de un monto aproximado a US$ 1.500.000.000.
• El 24 de enero de 2020 la empresa presentó un acuerdo preventivo extrajudicial (APE) que no consiguió el acuerdo de los acreedores.
• El 27 de enero de 2020 el presidente de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático presentó una denuncia por eventual perjuicio al Estado Nacional a través del otorgamiento irregular de préstamos por parte del Banco de la Nación Argentina a favor de la firma VICENTÍN S.A. La deuda con el banco era de $ 18.500 millones en estado de cesación de pagos.
• El 6 de febrero de 2020, la firma “Gagliardo Agrícola Ganadera SA”, que pertenece al grupo de la Constructora Obring, ingresó por Mesa de Entrada de los Tribunales de Rosario el primer pedido de quiebra de la empresa Vicentín y derivado al Juzgado Civil y Comercial N° 14, a cargo de Marcelo Qaglia.
• El 10 de febrero de 2020, la empresa presentó su concurso preventivo y en su presentación denunció tener una deuda que asciende $ 99.345.263.086,50. El mismo se encuentra radicado en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial 2da, Nominación de la ciudad de Reconquista, Santa Fe.
VICENTÍN Y LA CAUSA 50 POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

La Causa 50 sobre los hechos de genocidio en el norte de Santa Fe, reabrió la investigación sobre la responsabilidad empresaria en la represión ilegal. De la investigación se desprende que un grupo de trabajadores fue secuestrado dentro de la fábrica de Vicentín, en la localidad de Avellaneda, mientras cumplían su turno de trabajo, entre enero y noviembre de 1976.

Otros fueron detenidos ilegalmente en sus domicilios y hasta en la vía pública, en la ciudad de Reconquista. No se sabe cuantas personas participaron de esos operativos ni tampoco a qué fuerzas de seguridad reportaban, aunque allí actuaban la Policía, el Ejército y la Fuerza Aérea.

En la Causa 50 fue aceptada como querellante la Liga Argentina por los DD.HH, que reclama investigar la responsabilidad del Directorio de la firma Vicentín y de la línea gerencial al momento de los hechos a fin de establecer si sus conductas configuran delitos de lesa humanidad.

El abogado de la Liga, Pedro Dinani, explicó a www.purochamuyo.com que está en etapa de toma testimonial, a cargo del Juez Federal de Reconquista Dr. Aldo Mario Alurralde.

LOS HECHOS

Los secuestros se enmarcan dentro de una serie de hostigamientos y persecución laboral que por su desempeño gremial venían sufriendo los trabajadores de la empresa. A Efrén Venturini, delegado general, lo señaló el jefe de personal de Vicentín, el señor Tonietti. También se llevaron a Adelqui Gavirondo, Estanislao Zunini, Eldo Zorat, entre otros. Los detenidos integraban la Comisión Directiva y el cuerpo de delegados.

Los primeros en ser secuestrados fueron Oscar Zarza, Anibal Gall y Oscar Ortiz, en enero de 1976. Los 3 pertenecían al gremio Aceitero de Reconquista.

Zarza relata que “la detención vino de adentro de la fábrica. Nos llevaron a la Jefatura de Reconquista, de ahí a la Brigada Aérea y esa noche, junto a unas 40 personas – hombres y mujeres- nos metieron a patadas y bastonazos en un colectivo que nos dejó en la Guardia de Infantería Reforzada de Santa Fe”. Allí fueron golpeados, torturados con picanas y liberados luego de unos 15 días. Anibal Gall, en cambio, estuvo detenido hasta que finalizó la dictadura.

En noviembre, ya entronizado el golpe del 76, la situación se volvió más complicada y se produjeron nuevos secuestros.

Entre el 2 y el 4 de ese mes, camino a la fábrica, en su entrada o dentro de la misma, secuestraron nuevamente a Zarza, y además también a Venturini, Gavirondo, entre otros varios trabajadores de Vicentin.

Oscar Zarza, Anibal Gall y Efrén Venturini recuerdan cómo la fábrica los denunció antes de ser secuestrados y la policía los encarceló luego de haber organizado una huelga, ya a principios de la década del 70. Una vez libres, los trabajadores continuaron con su lucha. Efrén Venturini y Oscar Zarza recuerdan cómo Vicentin realizaba inteligencia sobre ellos: “Nos reuníamos en el salón de la parroquia, organizándonos para ganar el gremio de los aceiteros y desmotadores. Las policía de civil nos espiaba por los techos, nos espiaban en nuestras casas y se infiltraban”.

Venturini cuenta que estaba trabajando en la embocada de semillas de algodón, con barbijo, en short y en cuero. Eran las 11 de la mañana cuando lo chuparon para meterlo en el circuito del terror que empezaba en Avellaneda y terminaba en Coronda. Estuvo 10 días desaparecido. Primero, lo llevaron a la comisaría de Avellaneda, donde le pegaron y le robaron su primer reloj. Después, encapuchado, lo llevaron a la Jefatura de Reconquista. Ahí los ataron a todos y, en la madrugada, los metieron a patadas en un camión y los llevaron a la ciudad de Santa Fe.

El 5 de noviembre, un día después del secuestro de los trabajadores y representantes gremiales, Vicentín les envió un telegrama para que se presentaran a trabajar en 24 horas, so pena de ser despedidos. Esta estrategia fue usada por otras empresas que trabajaron con la dictadura para eliminar la resistencia obrera a la explotación.

“Ellos sabían que estábamos desaparecidos, nos llevaron de la fábrica misma”, dice Efrén, que fue denunciante en la CONADEP.

Se trató de una estrategia patronal para librarse de los obreros “problemáticos” y, a la vez, ahorrarse una fortuna en indemnizaciones.

La Liga Argentina por los Derechos Humanos puso a disposición de la Justicia los testimonios de José Ernesto Schulman y Carlos Del Frade. Schulman compartió cautiverio con los detenidos de la empresa, y del Frade es Diputado Provincial de Santa Fe y autor de decenas de libros sobre la historia económica social de la provincia.

Escribe Claudio Lozano

FUENTE: www.purochamuyo.com / Cuadernos de Crisis pertenece al Colectivo Editorial Crisis Asociación Civil.

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