Desvincularon a Iñaki del manejo de las cuentas oficiales del gobierno: los motivos

El joven que maneja las redes de Javier Milei hace unos cuantos años, publicó para año nuevo una foto con su novia -y parte del equipo de CM del gobierno- Eugenia Rolón. Luego, la retwitteó desde la cuenta de Casa Rosada. El posteo duró poco pero su efecto no: un “¡Feliz año!” terminó por desplazarlo, aunque seguirá manejando la cuenta de Tik Tok de Javier Milei.

Iñaki pareciera buscar seguir aumentando sus seguidores -y su perfil, claro-, usufructuando los canales públicos del gobierno y la información. Ejemplo de ello fue su desempeño el 10 de diciembre con la asunción presidencial, donde la jura de Ministros, que sucedió a puertas cerradas, fue transmitido y publicado a través de sus redes.

Pero no fue el único “error”. Días después de que el nuevo presidente ultraderechista asuma la presidencia, el mismo Iñaki publicó un post desde el Twitter (X) de la Casa Rosada un video donde se muestran paredes y techos en mal estado, con el objetivo de señalar “la pesada herencia” del gobierno de Alberto Fernandez. “La dejaron como al país, en ruinas”, rezaba el video.

El posteo tuvo dos inconvenientes: confundía falsos escombros -que en realidad eran las piedras que homenajean a las víctimas de Covid-; y el compilado aun no había sido aprobado al momento de su publicación.

La desvinculación de Iñaki fue anunciada en la tarde del martes. Desde el Gobierno confirmaron que le sacaron las contraseñas y que el joven seguirá siendo parte del equipo pero no tendrá acceso a las cuentas principales del gobierno.

Paralelamente, la semana pasada se confirmó la eyección de la Secretaria de Comunicación, Belén Stettler, y la llegada de su reemplazo: el ahora ex conductor de LN+, Eduardo Serenellini. Lo que implicó el quite de poder en la comunicación de Santiago Caputo. Si bien desde el Gobierno señalan que no hay vinculación entre los cambios y la decisión de desplazar a Iñaki, sí hay un denominador común: la improvisación en la política de comunicación y un manejo privatista de la comunicación pública.

Como contó Tiempo días atrás, el manejo de las redes a cargo de Iñaki y Rolón, desnudaron un modo de ver toda la política del nuevo gobierno: la falsa libertad (hago lo que quiero con lo que tengo, aunque sea de todos y todas), y la lógica privatizadora, a la que el gobierno ahora, parece poner un mínimo límite.

“Depender de seguir a influencers para la comunicación pública no es lo que corresponde institucionalmente”, relató a este diario Natalia Zuazo, directora de Salto Agencia y consultora en políticas tecnológicas. “Hay muchos problemas en las decisiones de comunicación pública que está tomando el gobierno. No se trata solo de lo que quiere transmitir sino del derecho a la información de la población. Los actos de gobierno deben ser públicos, hay una ley de acceso a la información pública aprobada en 2016 que implica la obligación de hacerlo”.

El uso privado de la información pública fue un eje de las primeras semanas de gobierno libertario. En los videos publicados en la cuenta de Iñaki, aparece una insignia de regalo, que invita a “apoyar a los creadores” de contenido de Instagram. El regalo consiste en enviar “estrellas” a partir de un saldo que, por supuesto, hay que comprar: 15 estrellas salen 0,29 dólares. De cada estrella recibida, la o el creador recibe 0,01 dólares de la misma. Posible dinero fácil con una audiencia que solo puede ver un acto oficial a través de cuentas de influencers que ahora son funcionarios.

Las redes son el terreno donde LLA supo construir nuevos sentidos y también conquistar un público cautivo, mayormente masculino joven. Esta política comunicacional inédita, alejada de los medios tradicionales a quienes niega la pauta, cierra perfecto con la lógica de las plataformas, donde el mercado manda. Como Elon Musk en X: quien tiene plata puede pagar la verificación, así tener más visibilidad y más derechos. La ley de la selva.

Mientras tanto, los funcionarios (con el presidente a la cabeza) siguen en su rol militante en las redes. Se vio en los últimos días, en los que Milei posteó memes con «No la ven», o discutió con declaraciones del actor ya fallecido, Hugo Arana, o a inicios de semana el mensaje con un Buda: el mandatario la publicó con el diálogo “Maestro, ¿por qué me duele más que antes?”, es la pregunta del posteo. “Porque esta vez elegiste la cura en vez de la anestesia”

Quien sigue y analiza la avanzada liberal en internet es el consultor, especialista en tecnología y desarrollador de software Javier Smaldone, que padeció en carne propia la persecución del macrismo cuando a mediados de 2019 estuvo preso y fue investigado por sus ideas políticas.

En diálogo días atrás con Tiempo se refirió a un fenómeno que crece en las huestes libertarias: el doxeo. Una metodología que implica la exposición de datos personales de usuarios críticos de las medidas del gobierno.

“El doxeo no necesariamente es malo si se expone, por ejemplo, a alguien que hace estafas o amenazas anónimas. El problema es cuando se usa con otros fines, como extorsionar, amedrentar o exponer a alguien por sus opiniones políticas, que es lo que está cada vez más de moda”, aclaró el especialista.

“El doxeo se hizo durante todos los gobiernos, pero desde el surgimiento de los libertarios, ya directamente hemos visto grupos organizados, por ejemplo en Telegram para escrachar a determinadas personas publicando sus datos personales solo por quejarse, criticar o hablar mal de Javier Milei”. Smaldone describe que “luego de exponer esa información, otros grupos se suman a los ataques, al acoso”.

El consultor precisa que las redes sociales prohíben publicar datos personales de otra persona como el DNI. “Si esto ocurre, se puede denunciar a Twitter y casi con seguridad la plataforma lo va a sancionar y hasta puede eliminar la cuenta”, añadió el especialista.

FUENTE: Tiempo Argentino

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