Desde temprano, los alrededores del edificio de Télam sobre la calle Bolívar fueron un mar de personas. Colegas, gremios, representantes políticas, organizaciones sociales y referentes de toda las centrales sindicales comenzaron a poblar la puerta de la redacción vallada.
Pablo Moyano fue uno de los primeros oradores del masivo abrazo: “Eso acelera los tiempos para ir a un nuevo paro general. Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, marcó la gravedad del ataque de Javier Milei contra la agencia nacional creada en 1945: “Es una situación inédita en estos 40 años de democracia”.
En el improvisado escenario, a un costado de las rejas custodiadas por la Policía, estuvieron Hugo Yasky (secretario general de la CTA), Luis Aguiar (ATE Nacional, Daniel Catalano (ATE Capital) y diputados nacionales como Vanesa Siley, Myriam Bregman, Paula Penacca, Nicolás Del Caño, Lorena Pokoik, Néstor Pitrola y Eduardo Valdés, entre muchos otros. “La agencia siempre estuvo presente en cada conflicto y donde hubo hambre, represión y Derechos Humanos afectados”, describió Yasky sobre la importancia de Télam, que hoy cuenta con más de 700 empleados, más de 8 mil clientes y, hasta el apagón informativo ejecutado por el gobierno, emitía unos 500 cables diarios y más de 200 fotos propias entre otros contenidos.
“El movimiento obrero le viene poniendo freno al gobierno y también lo va a hacer con la agencia Télam”, dijo Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) en el final del masivo respaldo bajo la consigna #TélamSeDefiende. Antes, las Madres de Plaza de Mayo habían manifestado su solidaridad. También Taty Almeida mandó una carta a los trabajadores y las trabajadoras de la empresa del Estado.
Unas horas antes, vía mail, el interventor Diego Chaher había informado que dispensada al personal por el plazo de siete días que empezaron a correr este lunes. En tanto, la Comisión Interna y el Sipreba exigieron que se quiten las vallas y anunciaron el comienzo de un acampe sobre la sede del edificio de Télam.
Las banderas seguían flameando con fuerza en el aire. Las canciones se multiplicaban y los comunicados de apoyo eran incesantes. Son tantos que se volvieron innumerables. “A Télam lo defendemos todos y todas”, fue el grito con la potencia colectiva y la fuerza de la calle.
FUENTE: Tiempo Argentino