Falleció el cura Gustavo Rey de Adolfo Sourdeaux, miembro de los Sacerdotes del Tercer Mundo

En el día de ayer falleció el cura Gustavo Francisco Rey, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Adolfo Sourdeaux y miembro del Grupo Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (hoy grupo de Curas en Opción por los más pobres).

El padre Gustavo Rey nació el 17 de junio de 1940 y se ordenó como sacerdote el 26 de marzo de 1966. Fue uno de los sacerdotes más conocidos de Malvinas Argentinas por su trabajo en la comunidad.

Fue además uno de los curas que conoció al Padre Mugica, quien fuera asesinado por la Triple A por su militancia en el cristianismo comprometido con los pobres y también conoció al Obispo de la Rioja, Monseñor Angeleli.

El Padre Eduardo de la Serna hizo un recorrido de su trabajo sacerdotal y militante: «Viejo cura del MSTM, uno de los dos únicos firmantes del Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo de una diócesis con un obispo tan conservador que lo suspendió del ministerio por largo tiempo por el pecado de trabajar.

Cuando – como otros curas MSTM – viajó a Cuba, y acrecentó su pecado, logró de todos modos sobrevivir como cura. Cura de y para la gente, para los pobres, para el pueblo. Siempre con una salida ocurrente; aunque esta fuera crítica siempre tenía ese humor que lo caracterizaba. Recuerdo cuando en nuestro encuentro se hizo presente Herrero del Pozo su pregunta mordaz: “-¿Y vos qué sabés cómo vive su fe nuestro pueblo?”, o cuando le comentó a González Faus que había leído muchos de sus “libritos” (La Humanidad nueva tiene 645 págs.; Los pobres. Los vicarios de Cristo, tiene 366; Otro mundo es posible… desde Jesús, tiene 446… lo de “libritos” no lo entendíamos; aunque tenga varios otros más breves), o los chistes inesperados (yo no lo conocía el 1986, el Primer Encuentro nacional y recuerdo las carcajadas que suscitó alguna ocurrencia). Hasta el año pasado, cuando ya su salud no se lo permitió, era de los poquísimos con “asistencia perfecta” a todos los encuentros de los curas opp, y fue uno de los tres a quienes le pedimos que diera su testimonio sobre Carlos Mugica con motivo de los 40 años de su martirio. Allí, nuevamente, sorprendió con su broma inesperada cuando públicamente le dice a la espléndida Chunchuna Villafañe: “- Chunchuna, ¿a vos no te dijeron que tenés que besar a los del panel?” (a lo que, entre risas, Chunchuna accedió, por cierto).

Miembro de “la Cofradía”, y, por lo tanto, seguidor persistente del “viejo” Tello, Gustavo insistía tozudamente en escuchar a la gente y andar por esos caminos. Tozudo hasta el punto de no querer tener teléfono, por lo que comunicarse con él era casi una hazaña cuando un vecino no se encontraba; generoso, amigo, hincha de Racing, peronista. Un tradicional MSTM del conurbano, al que extrañaremos, aunque ya nos fue preparando para eso, y, sabiendo que él será un motivo más para que queramos, algún día llegar donde ya estará él tomando agua (a menos que en el Reino, con el Vino Nuevo al fin haya empezado a tomar vino abandonando allí su solidaridad con los Alcohólicos Anónimos) y esperándonos con esos asados de novillito que solía conseguir y solían ser abundantes. Abundantes como su vida. Abundantes como lo que ahora habrá alcanzado. Abundante como lo que nos anuncia».

AGENCIA POPULAR DE COMUNICACIÓN SURAMERICANA

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