Los equipos de Lula desembarcan en Argentina para ayudar a Massa en la guerra digital. El eje Trump-Milei. La militancia en las provincias y el pedido del peronismo por un jefe.
Los equipos que trabajaron para Luiz Inácio Lula Da Silva en las elecciones que le ganó a Jair Bolsonaro aterrizarán este domingo en Buenos Aires. Llegarán para ayudar a Sergio Massa en el mundo digital, el nuevo territorio que el peronismo tiene que salir a disputar de cara a las elecciones de octubre.
Las batallas corren en paralelo. En Tucumán, el peronismo puso en marcha la militancia territorial, su mayor activo. Massa aterrizó en Buenos Aires el sábado por la noche esperanzado por el respaldo contundente que recibió por parte de la estructura que forman gobernadores, legisladores, intendentes, la CGT, la CTA y los movimientos sociales. En tierra de Juan Manzur, todos prometieron comprometerse, militar y poner el cuerpo para “dar vuelta” el resultado de las PASO y llevar a Unión por la Patria (UP) al ballotage. Creen que el rival a vencer será Javier Milei, que en las encuestas ya se ubica cerca de los 35 puntos.
El fenómeno Milei puso en crisis la propia idiosincrasia peronista. “No lo vimos venir. No tenía ni un afiche pegado en la provincia. ¿Por dónde se metió? Por las redes sociales”, admitió un gobernador del Norte Grande que participó de la cena que Manzur ofreció en su casa el viernes por la noche. El boom digital fue uno de los temas estrella de conversación entre dirigentes en la visita de Massa a territorio tucumano.
Tal fue la repercusión, que el anfitrión, Manzur, acusó recibo del golpe aunque apeló a las viejas tradiciones para motivar a la militancia. “Nos hablan de las nuevas tecnologías y las redes sociales, el Tik Tok. ¿Le quieren ganar al peronismo con Tik Tok? Vamos, muchachos. Los únicos que podemos entrar en los barrios somos nosotros, casa por casa. El peronismo no le tiene miedo a nada ni a nadie. Declaro al peronismo en alerta y movilización hasta que Sergio Massa sea presidente de la Nación”, dijo en el teatro Mercedes Sosa.
Los números fueron elocuentes. El caso de San Antonio de los Cobres, un pueblo del centro norte de Salta ubicado cerca del límite con Jujuy, donde Milei sacó el 63% de los votos, fue una muestra entre miles. La militancia tradicional ya no alcanza y el diseño de la estrategia digital debe ser profesional, a la altura del rival.
UP busca ahora moderar el largo camino que le permitió a La Libertad Avanza posicionarse como líder en redes sociales. En el oficialismo entienden que detrás de Milei está Steve Bannon, exasesor de Donald Trump y líder ideológico de las nuevas derechas que fue vicepresidente de la consultora Cambridge Analytica, involucrada en la manipulación de datos de Facebook que definió la elección estadounidense en el turno que enfrentó a Trump con Hillary Clinton. Bannon, el pinochetista chileno José Antonio Kast, el brasileño Eduardo Bolsonaro, el español Santiago Abascal y Milei se vieron en noviembre de 2022, en la primera Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en español, que se celebró en México.
El equipo de campaña de UP trabaja ahora para generar antídotos en la big data. Diseñó una nueva estrategia de redes y contrató nuevos consultores externos. Desde Brasil llegará el equipo de Lula. Aunque estarán más abocados al asesoramiento para los debates presidenciales, desde Estados Unidos también aportaron ideas Jessica Reis y Robert Gibbs, especialistas en publicidad digital que trabajan junto a los demócratas. Ambos están alineados con Dan Restrepo, exconsejero de Seguridad nacional de Barack Obama, que se reunió con Massa durante la última visita del ministro a Washington. Reis vendría al país en un par de semanas.
La campaña digital de UP ya está en crecimiento. La presencia de Massa en las redes tradicionales, nuevas incursiones y la multiplicación de cuentas paralelas a las oficiales, como Archivo General Sergio Massa y Sergio Massa en IA por la Patria, con contenidos lúdicos y creativos, refuerzan el perfil que UP busca mostrar: un candidato seguro, que tiene formación, experiencia y coraje para dar batallas y ser presidente de un país en ebullición.
En las últimas semanas, al equipo de campaña que trabajó para las PASO se sumó el intendente de San Fernando, Juan Andreotti, una suerte de coordinador del área de redes, que viajó también a Tucumán. Por su experiencia en el municipio, Andreotti fue uno de los que más le insistió a Massa en el trabajo de la comunicación digital. El candidato presidencial le pidió que se incorporara de manera más estable al trabajo de la campaña nacional, en paralelo a la municipal. En San Fernando, Andreotti sacó el 53,34% de los votos.
A Massa lo puso furioso ver un video viral que Andreotti le hizo llegar el jueves. Fue el que publicó en redes la agrupación “Indisciplinadxs”, que dejó expuesto que un sector de la sociedad – en particular, jóvenes- piensa que la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la tomó el gobierno de Alberto Fernández y no Mauricio Macri. El ministro de Economía dice que prueba “el desastre” que hizo el Gobierno en materia comunicacional. “Me quiero morir”, se lamentó Massa.
El oficialismo corre desde atrás en materia digital. La cuenta oficial de Milei tiene 1,4 millón de seguidores en Tik Tok, mientras que la paralela, Peluca Milei, cuenta con 2,3 millones. «La derecha está super organizada en todo el mundo en las redes y Milei es un buen comunicador”, dicen en UP. En la misma línea, Massa sumará ahora contenidos que muestren una comunicación más cercana, de diálogo directo con los electores. La premisa será “no perder la autenticidad”, lo único «no negociable». El candidato presidencial está convencido de que la estrategia que intentó descontracturar a Horacio Rodríguez Larreta con videos graciosos de redes fue parte del fracaso de su desempeño electoral. “Lo ridiculizaron y le sacaron su capital”, le dijo a su equipo de campaña.
Redes sí, territorio también
Como sentenció Manzur, UP no solo reforzará la campaña en redes. El oficialismo tendrá que salir a la cancha en el territorio, “barrio por barrio, casa por casa, fábrica por fábrica”, para tratar de dar vuelta la elección. La dirigencia piensa que no es imposible. De Tucumán, Massa se llevó el compromiso de los gobernadores de que activarán la militancia. Les pidió que lo ayuden a “construir un triunfo entre todos”, desde abajo hacia arriba.
Los del Norte Grande prometieron recuperar “un millón de votos”. El candidato presidencial pone un objetivo más modesto, 750 mil.
El acto final motivó a la tropa, le dio la mística que le faltaba. “Fue un acto de demostración de unidad del peronismo. Hubo 100 mil personas en el cierre, fue impresionante. Cuesta imaginarse un arranque mejor de la campaña que el de hoy”, dijo ante Letra P un integrante de la cúpula de UP.
Lo que viene será una “etapa de más movilización, de más músculo político y de más confrontación” con las ideas que plantea Milei. El corte total de la obra pública, la ruptura de las relaciones con China y el fin de la coparticipación son tres de los ejes que les ponen los nervios de punta a los gobernadores, en particular a los del Norte Grande. No solo a los peronistas. Massa confía en que serán ellos, en defensa propia, los que más jugarán para revertir la elección. Patricia Bullrich no entra en las hipótesis de un eventual ballotage. En el oficialismo ven una caída irreversible de la candidata de Juntos por el Cambio.
Según se anunció durante el viaje, en el territorio tendrá ahora más presencia el ministro del Interior, Wado de Pedro, que coordinará sus acciones con Malena Galmarini y Juan Manuel Olmos. Será una mesa colegiada. Ya sin la presión de la renegociación con el Fondo, Massa se dedicará casi a tiempo completo a ser candidato, mientras monitorea la marcha de la Economía. Tendrá cada vez más protagonismo.
El puntano Alberto Rodríguez Saá remarcó la necesidad de fortalecer el liderazgo de Massa en “la casa grande del peronismo”. Pidió empoderarlo como jefe si llegara a ganar la Presidencia. «Lo del doble comando no va más», sostuvo, en obvia alusión a la experiencia de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Ninguno de los dos fue mencionado en la cena, a tono con los tiempos que corren y la idea de UP de «hablar del futuro» y explicar cómo sería un gobierno de Massa. El ministro paró la pelota. «Los liderazgos se construyen con el tiempo. Me falta mucho para ser jefe del peronismo. Eso lleva mucho tiempo», matizó.