“La sociedad del Delta está sola, aislada y sin derechos”

Isleños del Delta están sin luz hace más de treinta días. (Fuente: Télam)

La Dirección Provincial de Defensa de los Derechos de las y los Consumidores y Usuarios de la provincia de Buenos Aires, organismo que pertenece al Ministerio de Producción Ciencia e Innovación Tecnológica, intimó a la empresa Edenor a que informe el estado de situación del suministro eléctrico de las Islas del Delta, en los municipios de Tigre y San Fernando, y que disponga el plazo del restablecimiento total de la energía.

El temporal del 17 de diciembre generó destrozos en diversas zonas del territorio bonaerense, y las islas del Delta no fueron la excepción. Si bien los vecinos isleños arrastran años de servicios deficitarios, todo se potenció con la intensa tormenta que generó al caída de postes y árboles, y que causó que cientos de habitantes estén sin luz, en algunos casos por más de un mes.

El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires informó que recibió un centenar de correos electrónicos de vecinos y vecinas que reclamaron por la vuelta del servicio eléctrico. Durante una audiencia pública celebrada el 19 de enero, los representantes de Edenor se habían comprometido a restablecer el servicio el 26 de enero, cosa que no ocurrió. Por ese motivo, y en el marco del expediente por el cual tramita la actuación de oficio de la dirección provincial de Defensa de los Derechos de las y los Consumidores “ante la afectación colectiva de los derechos”, el Estado bonaerense intimó a la empresa que provee su servicio eléctrico a 3,2 millones de clientes.

En diciembre de 2020, la Asamblea General de Accionistas de Pampa Energía transfirió el 51 por ciento de las acciones de la empresa hacia un consorcio integrado por Empresa de Energía del Cono Sur e Integra Capital (Edelcos S.A.), que pertenece ​al Grupo Vila-Manzano, por lo que el directorio actual asumió sus funciones en julio de 2021. En esta ocasión, el problema se sitúa en la región tres del servicio, que además de Tigre y San Fernando, está comprendida por los municipios de Escobar, Malvinas Argentinas, San Miguel, José C. Paz, Pilar, Moreno y General Rodríguez.
El drama en primera persona

Victoria nació en el municipio de Tigre y está vinculada con la isla desde chica, ya que sus papás salían a remar con ella a upa. Hace seis años se mudó a la isla y vive allí, en su casa del canal Rompani. La socióloga, que trabaja en un proyecto de viviendas bajo la modalidad semipresencial, integra el Comité de Crisis Operativo, un grupo de de WhatsApp que fue armado por los vecinos, donde todos informan su situación día tras día. “Nosotros tenemos un relevamiento muchísimo más eficaz que el que tiene Edenor”, advierte a este diario.

Ella estuvo 33 días sin luz. Además del corte de energía, sufrió el anegamiento de los arroyos, que cortados por postes y troncos, impedían que los vecinos se conectaran entre sí. “No apareció absolutamente nadie para ver cómo estábamos, hubo gente que quedó atrapada con los hijos y fuimos los vecinos corriendo a sacar los troncos y a cortarlos con nuestras motosierras, que no son las necesarias para cortar esos árboles”, detalla Victoria, que cuenta que, si bien en una parte de la isla volvió la luz, “tenemos baja tensión y cortes constantes desde el 17 de diciembre”. Ella, por ejemplo, ni siquiera puede enchufar un ventilador.

Las islas del Delta ya arrastraban problemas de infraestructura con respecto a la luz. Durante la pandemia, mucha gente decidió mudarse de manera definitiva a sus casas de fin de semana, pero “ninguno de los servicios se adaptó a la cantidad de gente”, según Victoria, que además aclara que “si bien ya veníamos sufriendo bastantes cortes, el temporal del 17 de diciembre potenció todo”.

Además de los arroyos que aún no cuentan con energía eléctrica, o que sufren la baja tensión, la vecina isleña señala a BuenosAires/12 que “también hay arroyos con alta tensión, con cables sueltos, cortados y girando en el aire a los chispazos”. “Edenor no nos avisa ni siquiera cuándo van a cortar, y eso generó que se nos quemen heladeras, televisores, pavas eléctricas, y un montón de cosas”, agrega.

Victoria apunta contra la gestión de la empresa: “Todo el mundo habla de privatizar las empresas y no se qué, pero miren a Edenor, que es privada, y aún con su pésimo servicio nos sigue mandando la factura. O el Internet y las líneas telefónicas, que hacen los mismo. La sociedad del Delta está completamente sola, aislada y sin derechos, porque las empresas privadas nos están cagando constantemente”.

La biblioteca popular Genoveva, junto al comité de crisis, se encargó de asistir a todos los vecinos afectados luego del temporal. Victoria señala que del 17 al 30 de diciembre “el municipio no nos dio bola”, y que recién ese día les propusieron dialogar entre el Estado municipal y provincial, Edenor, Defensa al Consumidor y los vecinos, “pero quedó en la nada”. Detalla la isleña: “Ése día hicimos una movilización en el río, una caravana pacífica, y también hicimos una sentada en la municipalidad, pero la policía nos sacó. Nos reunimos en el Concejo Deliberante con Edenor y Tigre, había un clima caldeado, pero los funcionarios no decían nada”.

El panorama se tornó aún peor cuando, el 6 de enero, un trabajador de una empresa contratista de Edenor falleció mientras realizaba reparaciones para devolverle la luz a los usuarios afectados por el temporal. Además, otro trabajador resultó herido de manera grave en una de sus piernas. Ante esa situación el Estado bonaerense convocó una audiencia pública entre los municipios, el ENRE y Edenor. Pese a que el ENRE desistió de ser parte a último momento, ése fue el encuentro donde Edenor se había comprometido a restablecer el servicio el 26 de enero, cosa que no ocurrió.

Victoria remarca que los vecinos formularon un mapeo para marcar zona por zona a cada uno de los afectados, pero Edenor se excusó al asegurar que “el 95 por ciento de la isla tenía luz”. “Con todo el respeto y la paciencia del mundo les dije que les faltaba respeto y empatía, porque que te digan eso cuando vos estás hace 30 días sin luz, es para quilombo”, dice la vecina del río Rompani a este diario. Además, agrega que los funcionarios de San Fernando dijeron presente, pero que los del municipio de Tigre “apenas mandaron a Defensa al Consumidor y ninguno dio la cara”.

“Para Tigre, los isleños no somos ciudadanos y ciudadanas, somos clientes. A nosotros nos ponen materiales de segunda, porque los materiales de primera los mandan a los proyectos inmobiliarios no aprobados, como los de Caraguatá y Anguila, donde a los privados les dan la luz pero a la sociedad civil no”, denuncia Victoria, que agrega: “El Estado mileiísta es esto, es la guita a los privados que puedan pagar. El país del futuro es lo que estamos viviendo los isleños del Delta”.

Victoria advierte que “la desregulación estatal está clarísima”, y que ante ello “es importante organizarnos entre los vecinos”. De hecho, en uno de sus encuentros, los integrantes del comité de crisis activo hicieron una ronda de salud mental. Entre los afectados “hay gente que vive del turismo y perdió todas las reservas y el mes de laburo, que es lo que te permite tirar durante el invierno”, cuenta la isleña, que agrega: “Vienen siendo tiempos muy difíciles, en esta situación económica tan compleja, donde la gente de clase media acopia comida, ya sea freezando carne, salsa y demás, nosotros tenemos vetada esa estrategia económica. La última vez que llené la heladera tuve que volver con todas las bolsas al continente porque no tenía luz”.

“Hemos todo lo que podemos para lograr una grupalidad que pueda luchar por los derechos de la isla. Queremos elegir qué tipo de vida quedemos, defendemos nuestro territorio, porque ruralidad no quiere decir precariedad”, sentencia Victoria.

Edenor, mientras tanto, deberá brindar las respuestas pedidas por el gobierno provincial.

FUENTE: Página 12

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